LAlibela Agosto de 2006, "El TEJ de los milagros"
Sonar que se estaba perdido, y despues sonar encontrarse. Es posible en LALIBELA, es posible en Etiopia, es poisible en Africa. Y a la luz de un hogar de 4 troncos, y uno de ellos ese incienso que, primero aturde y despues despierta, entra por la nariz y va directo a la medula, al tuetano, al interior.
Tomando TEj en un tej cafe de Lalibela, poco mas que cuatro paredes y un techo de hojalata, y el cristal de la redoma, botella al empezar erstrecha para los tragos cortos de probarlo y si gusta beber deprisa, botella ancha al final para los tragos largos de las palabras que se mezclan en el espeso aire del incienso. Y hacen volutas de pensamientos, de ideas compartidas.
Bebo Hidromiel y me siento como un DIos; uno pequenito, de los que no quieren molestar, de los que se sientan en un rincon a escuchar las palabras de los otros dioses. Palabras que hablan de agua que cae del cielo y de calamidades, y tambien del corazon que late mas deprisa y de las conjunciones que, siempre, unen, y de las cosas que todavbia merecen la pena. Me siento un Dios por tenerlos cerca, mis palabras y sus cuerpos y sus mentes. O quiza sea este Tej hidromiel que fermento demasiadas cosas en mi cabeza y ahora salen, medio escondiendose, medio apareciendo tras el cristal de esta botella.
Miel, agua, palabras, alchol, incienso, corazon, eso es esta bebida Etyiope, la sangre de africa, el Tej de los suenos.
Tomando TEj en un tej cafe de Lalibela, poco mas que cuatro paredes y un techo de hojalata, y el cristal de la redoma, botella al empezar erstrecha para los tragos cortos de probarlo y si gusta beber deprisa, botella ancha al final para los tragos largos de las palabras que se mezclan en el espeso aire del incienso. Y hacen volutas de pensamientos, de ideas compartidas.
Bebo Hidromiel y me siento como un DIos; uno pequenito, de los que no quieren molestar, de los que se sientan en un rincon a escuchar las palabras de los otros dioses. Palabras que hablan de agua que cae del cielo y de calamidades, y tambien del corazon que late mas deprisa y de las conjunciones que, siempre, unen, y de las cosas que todavbia merecen la pena. Me siento un Dios por tenerlos cerca, mis palabras y sus cuerpos y sus mentes. O quiza sea este Tej hidromiel que fermento demasiadas cosas en mi cabeza y ahora salen, medio escondiendose, medio apareciendo tras el cristal de esta botella.
Miel, agua, palabras, alchol, incienso, corazon, eso es esta bebida Etyiope, la sangre de africa, el Tej de los suenos.
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